José Paul Ruiz Mercado. |
TIJUANA.- Ganar la medalla de oro en la Olimpiada
Nacional 2013, es el objetivo principal del judoka bajacaliforniano José Paúl
Ruiz Mercado.
Sus expectativas son lograr el control total de
todas las técnicas que está practicando en el tatami del Centro de Alto
Rendimiento al lado de su entrenador Fernando Castillo, en cada uno de los
entrenamientos.
Los rivales más peligrosos y de los que más se
tiene que cuidar, según en su propia opinión, son de Jalisco y Chihuahua, “en
el último torneo me dieron mucha batalla pero vamos con todo para lograr
nuestro cometido”.
Bastante bien le ha ido en sus participaciones en
la Olimpiada Nacional anteriores, aunque él no es de los que se conforma con un
bronce.
“El primer año no estuvo también como yo quería,
solo fui tercer lugar, pero en la siguiente edición me saqué la espinita y gané
el oro que después pude revalidar el año pasado, así que voy por la tercera
presea dorada”, acotó.
El juvenil Ruiz Mercado es bastante extrovertido,
pero sufre una transformación a la hora de las competencias, “me gusta estudiar
a mis rivales, dejo que saque sus técnicas favoritas y durante el combate voy
buscando la forma de contraatacarlo para tirarlo”.
Es de los que se prepara todo el año, aunque no
deja los estudios, come, vive, sueña con su deporte, incluso su novia, practica
esta disciplina.
Puede pecar de vanidoso, dice que en su categoría
-juvenil mayor 51 kilos-, no tiene rivales y que le gustaría intentar cambiar,
pero nunca se confía antes de una competencia, “se que ellos vienen a ganarme y
tengo que estar preparado para todo”.
Piensa que a la delegación de judokas de Baja
California le va a ir muy bien en esta Olimpiada Nacional 2013, “el resto del
equipo está muy fuerte, muy técnico, trabajando tan duro como yo para dar lo
mejor de sí mismos en el evento”.
José Ruiz Mercado viene saliendo de una lesión en
el hombro que no le ha dejado trabajar con la confianza necesaria pero está
saliendo ya de ella gracias al excelente trabajo de rehabilitación (electrodos,
ultrasonido y masajes), en el CAR.
Para terminar, envió un mensaje a sus compañeros,
“que nunca se rindan, que por más fuerte que sea el dolor no se dejen vencer
por el, porque al final todo tiene una gran recompensa”.
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